domingo, diciembre 17, 2006

Necesito vacaciones


"... Una mujer...
una mujer atrás...
una mujer atrás de un vidrio empañado...".

Así como en febrero quería puro entrar a hacer clases, ahora quiero puro irme de vacaciones".
Igual, el fin de semana pasado anduve en Pichilemu con el Pascal, un apoderado y 6 cabros del ahora mi ex 8º Básico. La pasé la raja pero sentía la angustia de no estar aún de vacaciones y la nostalgia de no andar con toda mi family stone.
Distinto va ser cuando ambas cosas se den... en los primeros días de febrero del 2007; ya siento el rugido del mar golpeando en la playa infinita de Pichilemu y veo a mis hijos jugando en sus arenas negras. Escucho el trajín de los vendedores ambulantes y los turistas en esas típicas tardes de sol y viento, sin nada más que descansar. Ninguna otra cosa por qué estresarse. Comer algo y recorrer alguna feria artesanal. Salir de noche (ni tan) a beber algo. Escuchar una música fuerte. Ojalá rock. Algo así como "Sumo".
No sé por qué, pero Luca Prodan y sus socios me inyectan de esa energía que ami me gusta tener en verano. "Los Viejos Vinagres" (Yo, ahora), "Kaya", "La rubia tarada", "Llegando los monos" y "... Mejor no hablar de ciertas cosas... noooooooooooooo... me jor no hablar de ciertas cosas...".
En los locos días de diciembre, con el señor pascuero en franca amenaza, me mantengo en pie alusinando con los días que vendrán.

PD.: Haber si les cuento mi rutina de verano... haber si no me da vergüenza.

domingo, noviembre 19, 2006

ASI ME VEN LOS CHICOS



Me creo porque tengo una pequeña colección de "caricaturas" que mis alumnos han hecho de mí. No es que sea 'ego', pero me gusta verme como los chicos me ven.

Esta fue hecha hace un par de años atrás, pero mis amigos dicen que así soy yo: con el pelo enmarañado, con barba de filósofo (o comunista, como me dijo alguna vez el dueño de uno de colegios en donde trabajé), con la boca chiquitita y los ojos bien adentro, con la nariz de boxeador y las pestañas crespas.

- ¿Y a quién estaba mirando? -le pregunté al artista que hizo esto- ¡tan serio que me veo!

- No sé Profe, pero parece que me lo imaginé viendo como una fiesta se perdía detrás de una esquina, porque me quedó con cara de angustia. ¡¡Ja!!, parece, no!!??, ja!!

- P'a qué pregunto huevadas, pensé yo.

lunes, octubre 30, 2006

La luna plátano

Sobre una luna plátano. Diminuta en el cielo azul y rojo de un atardecer cualquiera. Sobre ella te ví meciéndote con el viento fresco. Ahí tus piernas blancas tocaban el suelo y tus cabellos de miel, tan finos como hilos de seda, se desparramaban cubriendo el horizonte en el límite con el mar.
Así te soñé una noche hace 10 años atrás. Así te empecé a amar. Y construimos una familia hermosa y nos hicimos más grandes (como creyéndonos adultos).

Cómo me gustaría tener una cuerda gigantesca que cruzara la luna plátano. Para que pudiéramos columpiarnos los 4 juntos: tú, mi flaca loca; el Pasqui, con sus guantes de arquero y su balón de fútbol; la Flo, el pequeño terremotito que nos cayó del paraíso; y yo. Y balancernos tan alto y tan fuerte que después pudiéramos arrojarnos con el vuelo y caer en la mejor de las playas. En el verano que siempre hemos querido disfrutar.

domingo, octubre 01, 2006

Rancagua está consternada. Y acostumbrada.

La foto pertenece al accidente de los 3 pendejos rancagüinos que perdieron la vida en la madrugada del jueves recién pasado en la entrada de la Costanera Norte en Santiago .
Este no fue el peor accidente que afecta a chicos de nuestra ciudad. Aquellos que tienen un poco de memoria recordarán que para un fin de semana Santo, hace más de una década atrás, murieron 7 jóvenes en la Carretera El Cobre, en un choque que involucró a motos y autos que venían sin luces en una carrera mortal... a altas horas de la madrugada, después de un intenso carrete.

Terrible mezcla la de autos y carrete.

Quienes vivimos acá sabemos que es inevitable que las tragedias se sucedan. Nuestros lolos continuan una tradición funesta de: "jaranear más que ayer", "chupar hasta que dar botado" o "loquear por loquear", que inauguraron otros pendejos que también todos nosotros lloramos y sentimos en sus emocionantes funerales. Todos los que somos de acá sabemos que en cualquier parte, en los momentos menos esperados, nos encontramos de frente con un accidente protagonizado por chicos que vienen más bebidos de lo indicado.
Recuerdo, que una vez llegaba de Viña, de la U, y al bajar del bus en el paradero de La Sur, me encontré con el Leo, con un parche en su cara; con su ceño fruncido me contó que se había sacado la chucha en el auto de su papá y que por algo que nadie se explica, se habían salvado de morir... Recuerdo que, con la alegría que traía de volver a casa después de un tiempo sin ver a mi familia, le contesté "Y qué querí, pos, hueón, si andai rajado y más encima curado como vosa solo"!!! El Leo me miró y prefirió quedarse callado.

PD.: Releo lo que estoy por publicar y no puedo dejar de acordarme de otro mártil del carrete de nuestra ciudad: Ojalá sigas rockeando en el cielo, o donde sea, Kanito, con tu moto y los amigos que también partieron.

lunes, septiembre 18, 2006

"En un café"


"... En un café/se vieron por casualidad/...
Existen momentos inolvidables que siempre tienen una canción asociada. Hay canciones que tienen la bendita magia de llevarte a mil situaciones vividas. Pedazos de la vida que, en mejores casos aún, tienen la dicha de ser todos buenos, mortales, increíbles, religiosos, especiales, o como quiera llamarse o imaginarse.
La cuestión es que ""11 y 6" de Fito Paéz me retrotrae a episodios que tienen hasta un carácter de "iniciáticos" en la formación de lo que hoy es mi personalidad:
  • A los 13, o menos tal vez, la escuché en unos de esos "Sábados Gigantes" de toda la tarde, en vivo, haciendo la hora para salir a esas primeras fiestas que terminaban (para todos los que teníamos hasta 15 años) 15 minutos antes de medianoche por culpa del toque de queda del régimen militar
  • A los 17, en un verano "revelador" en Viña del Mar, junto al mar, en la Av. Perú. Una premonición de los próximos 6 años que vendrían. Ese día estaba solo. Fue un recital caído del Olimpo. Creo que nunca antes de esa fecha me había sentido tan plenamente libre.
  • A los 21, siendo estudiante, me calé a la Quinta Vergara. Andaba queriendo ser grande. Así como maduro de pensar. ¡¡Huevadas!! Después de ver al Fito (más hueco que nunca) me fui al Puerto a carretear hasta el otro día. Creo que fue ese el fin de semana en que decidí volver a Rancagua para cuando terminara de estudiar la Historia.
  • A los 28 o 29, no sé, por ahí, con el Pascal recién nacido, morando una casa chica y bien humilde, viendo el Festival de Viña, comiéndonos y bebiéndonos algo con la Carola. Tal vez, celebrando un cumpleaños. Creo que veía a Fito y miraba a mi familia y pensaba "ahora sí que soy grande", "ahora sí que ha pasado el tiempo".
  • A los 34, ahora mismo de mi existencia, justo en "18" pero comiendo pizza, con la Conny como ilustre invitada, con sus ricos vinos tinto, escuchando todas las canciones de mi carpeta. Salió la versión nueva del tema... me imaginé al Fito actual: ni tan chascón, mucho menos flaco y con más pinta de hombre... y pensé, con los ojos cerrados y echado en el sillón con la cabeza atrás, en mi propio crecimiento físico, en mi propia evolución espiritual... y derrepente, un ruido extrañamente hermoso me hizo volver toda mi atención: era la Flo, mi hijita de un año y tres meses que mecía su cuerpo diminuto, con el chupete en la boca, al suave ritmo de la misma canción.

domingo, septiembre 03, 2006

Mi frustración

Aquí me formé. Aquí es donde decidí convertirme en profesor; claro, con la firme convicción de volver a hacer la que yo románticamente nombraba como "la revolución de las mentes rancagüinas".
Es mi frustración. Si se quiere llamar así.
Hace un par de semanas volví a entrar. Tenía que dar una prueba. Tuve una extraña sensación... por un momento fue como estar en esos días de invierno de finales de los '80, cuando todos comentábamos sobre el Plebiscito del Si y el No y soñábamos que en democracia la vida sería para todos mejor (hasta me dio vueltas por mis oidos un tema del rock latino argentino que cantábamos con mis compañeros: "... La luna llena sobre París / ha transformado en hombre a Denisse. / Rueda por los bares del boulevard...").
Paso casi todos los días por mi viejo Liceo Oscar Castro y siempre repito la misma frase "algún día volveré, así que no se desesperen muchachos".

miércoles, agosto 16, 2006

Una tarde de invierno


Es la calle Membrillar. La foto fue tomada mirando hacia el centro; nosotros con el Pascal, íbamos para el otro lado, al Manzanal (al Bar El Cobre a ver un partido del O'Higgins).

Es invierno. Ha llovido todo el día. En realidad, llueve hace un par de días; no tan fuerte, pero moja. También hace mucho frío, pero a nosotros no nos importa porque vamos felices a pasear.

Un paisaje gris de invierno... un regalo para aquellos amigos que conocen de estos días rancagüinos (sobre todo para esos amigos que cambiaron estos escenarios por otros más plácidos del territorio nacional).

sábado, julio 15, 2006

"Mi papá fue camillero"




Creo que de lo poco que sé de mi padre, esto de que trabajó en Sewell de camillero, es lo que más me provoca sentimientos encontrados. Alguna vez mi mamá me dijo que era como una ambulancia humana, la única alternativa para los enfermos que necesitaban llegar al hospital de un campamento minero unido por escaleras. Sentí que su pega era vital, reconocida por el resto de la gente.

Me quedé imaginando a mi papá con la camilla en el hombro, como poniéndose para la foto. Estaba pegado, con una pequeña sonrisa en mi cara, hasta que mi mamá me dijo "Te imaginai Pato como sufría para el invierno... si tenía que cruzar por unos caminos estrechos con paredes de nieve de 3 metros, y subir y bajar mil peldaños de todas esas malditas escaleras !!".

(A propósito de que Sewell fue declarado Patrimonio de la Humanidad)

sábado, julio 08, 2006

Epílogo: "La final"

Los chicos tenían sus estómagos revueltos. Esto era mucho más que un simple partido. Había mucha gente y estaban muy nerviosos. La ansiedad formaba un ambiente tenso. Conocían derrepente la loca adrenalina corriendo a full por sus venas. Allí estaban repartidos por la cancha esperando el pitazo inicial, alentándose mutuamente (como lo hacen los profesionales). Los chicos no resistían otro segundo de espera. Querían terminar pronto la final.

miércoles, junio 21, 2006

Tercer Tiempo

- Ya po, Pipito, toma bien la foto, mira que esta va a salir el lunes en el suplemento de La Tercera.
- Oye, tu Hijo sabe manejar la cámara.
- Espérate Pipe, deja mostrarte mi mejor perfil
- Hijo, sácate unas 10 copias para darle un recuerdo a los capitanes de los equipos que les ganamos.
- Sí!!, Pipe, que salga el asado también, para que les de hambre a los hue'ones.
- Y también sed
-Eh!!!, Salud, compadre!!
- Salud!!!
- 1, 2, 3, atención barra, "Ju-ven-tud - Es-tre-lla del Nor-te".

domingo, junio 11, 2006

Capítulo 2: "Tú tira el penal"


Recuerdo que era un mocoso. El más chico de mi equipo. Yo hasta ese momento creía que me invitaban a jugar de "buena onda", casi de lástima. Pero aquella tarde comprendí que era mucho más que el último jugador del equipo.Íbamos empatados a 13. El que hacía el gol ganaba. Ellos -los del pasaje Bulnes- eran más grandes que nosotros; todos tenían más de 12. En cambio nosotros -los del Camilo Henríquez- jugábamos con el Darwin, el Cabezón Chichi y yo que apenas cumplíamos los 10. Ellos estaban picados, porque no nos podían hacer el gol y porque la gente que estaba viendo el partido celebraba las jugadas que hacíamos: taquitos, canaletas, centros y chilenitas que daban en el palo o que atajaba el Gato Félix, su arquero, que ya jugaba con los grandes los domingos cuando partíamos al campo con el Club.Así estábamos hasta cuando el Kiko -el crack del pasaje- se pasó a 3 defensas contrarios y al arquero, y cuando se preparaba para tocar la pelota y gritar el gol, el Koke Osorio lo engancho por atrás y le dio un porrazo que le hizo ñicos las rodillas y la cara (le salió sangre por las narices). Ellos no pudieron reclamar el penal que cobramos, así que esperaron a que sacáramos al Kiko del arco y nos pasaron el balón para que chuteáramos rápido. Fue ahí cuando el Yayo y el Chichi me dijeron que yo tenía que lanzarlo. Me pusieron la pelota en las manos y me dijeron "soy el único que podría hacerle el gol al Félix". "Bueno", dije yo, "total no es la final del mundial", haciendo ver que igual podría errar. Pero no. Nunca había estado tan seguro de algo; limpié la pelota, la besé como lo hacen los profesionales, dí 2 pasos hacia atrás y esperé a que silbaran para patear. Miré al Gato que me apuntaba con su mano derecha a que se lo tirara abajo, a esa esquina. Y cuando escuché el chiflido amagué que le pegaría fuerte allí mismo, y el Gato creyó y voló espectacularmente, pero yo, hice un massé suave y se la tiré por arriba al otro palo. Lo demás fue toda pura algarabía; todos los chiquillos me botaron y se echaron sobre mí, como en esas celebraciones de los equipos que pasan a otra fase del campeonato..., o como la vez en que Club ganó la final de los Barrios, en ese lejano año de 1981..., cuando el Carlota le pegó tan fuerte que hasta el arquero quedó metido en las redes del arco.

domingo, junio 04, 2006

Episodio 1: "Soñé una cancha"

El verde fresco del pasto. Lo sentí. Yo sabía que estaba durmiendo, pero era tan real...
Antes de ir a acostarme, en la madrugada del sábado, el Chichi me dijo que "iban a Coinco, a la cancha grande que estaba al lado del cerro y el tranque de las aguas claras". El Club jugaba las finales en la Primera, "pero también hay partidos en todas las series". ¡Mortal!, dije yo, porque en verano me gustaba jugar a la pelota en el campo... eran 2 cosas al mismo tiempo: ir al campo -que son mis orígenes (al menos así lo siento)- y jugar fútbol.
Desperté a las 11 y empecé a ordenar el bolso. Al tomar los "chuteadores" volví a sentir la intensidad del sueño: me ví corriendo por el medio de una inmensa cancha de pasto muy verde.

viernes, mayo 26, 2006

San Viernes

Sentí un deseo incontrolable de embarcarme en la noche. Sin destino. Como cuando salía los viernes temprano de la biblioteca de Historia. Quería darme una vuelta. Por eso, tomé el último sorbo de cerveza, me abrigué un poco, ví que el Pascal estuviera tapado y que la Carola y la Flo durmieran bien. Apagué la música y el computador, abrí y cerré la puerta, y me fui. Caminé unos cuantos pasos por la calle Membrillar y llegué al "Gato Feliz", el bar más parecido a cualquiera que conocí en Valparaíso en esos días en que transité por la locura. Le pedí al vecino (al loco que atiende) otra cerveza y me senté a mirar la vida por la mampara que da a la "PK2s"... la noche me gusta y mi vida entera me gusta...

jueves, mayo 25, 2006

Los chicos están agitados


El ambiente está enraizado acá en Machalí. Como en todo el país hace ya varios días, los alumnos del liceo están inquietos. Quieren protestar. Quieren hacer escuchar su voz. Dicen que la educación pública es un asco. Quieren pase escolar gratuito, quieren que la PSU sea gratuita, quieren barrer con la Jornada Escolar Completa... Quieren cambios drásticos al sistema que se ha querido implantar en los últimos días. En Santiago, varios colegios están en "paro" y en "toma". En todos lados se suceden las marchas y las protestas. Todos están descontentos. Las desigualdades respecto a las escuelas privadas son alarmantes. "Indigna"!, me recalcó uno de mis mis mejores alumnos hace un rato cuando me explicaba que acá también se iría a paro.
Yo?? Yo no sé hasta dónde podrán llegar con sus reivindicaciones. Pero me gusta verlos tan activos. Me gusta que las autoridades se den cuenta que los chicos -a quienes se les enrostra su "apatía política"- tienen una fuerza avasalladora que se puede convertir en incontrolable. Podrán estar "más ignorantes" que antes, como dijo una colega, producto de los cambios curriculares promovidos por la Reforma deasrrollada en estos 16 años de gobiernos de la Concertación, pero cuando se organizan, pueden hacer tambalear hasta los cimientos del edificio más grande del mundo.
Fuerza chicos. Su lucha también es la mía. Porque yo, que soy producto de la educación pública (y de la época de la Dictadura), estoy clarito que la situación no da para más. Que inyectar recursos no significa mucho si las condiciones para competir con los privilegiados de nuestra sociedad no son las apropiadas. Chicos, pueden tomar el sartén por el mango, y a los burócratas del Ministerio los pueden mandar a la cresta con sus doctrinas innovadoras y filosofías baratas.
Fuerza!! (o "aguante"!!, como dicen los amigos argentinos)

martes, mayo 02, 2006

Esto no es nostalgia.

Como es habitual, tuve que volver a revisar unas cajas llenas de textos, fotocopias y cuadernos añejos; estaba buscando un par de apuntes que nuevamente me sirven para unas clases de no sé que!
La cosa es que volví a leer los poemas rimados de mi adolescencia (casi me avergüenzo), también los relatos locos de mis tiempos de la universidad, los versos conque nos enamoramos con la Carola en el lejano invierno del '96, y la agenda (bitácora) que le hice a mi hijo Pascal en el apocalíptico año de 1999.
Se me fue una tarde entera mirando esas hojas amarillentas. A veces me imaginaba que era como un explorador afortunado, porque estaba urgando en un gran libro antiguo, uno perdido hace un montón de siglos en medio de las más sangrientas batallas libradas en plena Edad Media...
Me volé!! En realidad, estuve todo un día repasando mis humildes creaciones. De ellas, un poema que le hice al Pasca en abril del 2002 y que también está en su Bitácora:
POEMA PARA CUANDO AMENAZA EL INVIERNO
El sol, hijo, está detrás de estas calles grises
y sin vida que atravesamos sin ninguna prisa,
está detrás de esta fila interminable de gente
que bulliciosa viene y va a ningun lugar y tiempo,
está más allá de los cerros del poniente y de las
nubes oscuras que entristecen aún más estas
tardes de trámites aprendidos por inercia.
Hijo, el sol está más allá de donde se forman
las gotas que empiezan a caer en nuestras caras heladas;
el sol que jugamos en verano está!,
no se ha ido,
sólo descansa en otras playas lejanas,
está corriendo con otros niños.
El sol, Pascal, va a volver a revitalizarnos,
va a volver a inyectarnos toda su energía
y nos volverá a juntar en el parque o en el mar.
Con él vamos a crecer.
Y nos vamos a hacer más fuertes y valientes.

lunes, abril 10, 2006

Un niño de la calle ha muerto

Éste, como tantos otros, no pasó desapercibido. La brutalidad de su asesinato no tiene precedentes. Con todo el morbo agregado de los medios de comunicación y sus periodistas indolentes, la gente vio como, a pedazos, se recontituía una vida intolerable para nuestra reconocida modernidad...
Cuándo fue la última vez que un rostro lleno de sufrimiento te estiró la mano para pedirte un par de monedas?? Reconociste en él la historia de cuantos miles que se pierden irremediablemente en las drogas, la prostitución y la delincuencia??
Hans Pozo, atento!!, aquí en la tierra, la mismas miserias!! Tu crimen?, tal vez las autoridades lo aclaren... 1, 2, 3, atento!!, Hans, aquí en la tierra de los sin nombre -en las mismas calles que te vieron ir y venir sin un destino cierto, entre medio de tantos otros que venden barata su esperanza-, un recuerdo inmortal y punzante, a tu nombre, y en nombre de los otros niños que morirán en las calles en los días que vienen...

miércoles, marzo 15, 2006

Los de la O'!!

La O'! es donde vivo: la Población O'Higgins de Rancagua. Una población (no "villa" como las nombran ahora) que se levantó en la década del '30 como solución a los problemas habitacionales en una época en que la "Cuestión Social" en Chile pasaba por su peor momento. "La Población Obrera", también le decían, porque aquí llegaron las familias de los trabajadores más pobres de la ciuadad; la mayoría jornaleros urbanos y mineros que habían arribado hacía poco desde los campos aledaños. Fue levantada al oriente del plano original que data de 1743, en un lugar en donde estaban las chacras que surtían con productos agrícolas a la gente.
Hoy, la O' está en pleno centro y tiene un sello renovado y algo bohemio, pero sigue siendo la misma que en su génesis. Mucha gente de edad habita en sus casas viejas; son los últimos descendientes de las primeras familias que aquí vinieron; son nuestros vecinos; son nuestros propios abuelos (el invierno tórrido de estas latitudes siempre nos lleva a uno o más de ellos).
Ciertamente, ahora vivimos muchas "familias jóvenes" que estamos dando nuevos hijos al vecindario (aquí nacieron el Pascal y la Flo) y también hay mucho lolos que se juntan en su hermosa plaza (aun así, todos en Rancagua la reconocen como una pobla de viejos); un grupo de éstos son los graffiteros, que pintan unos murales extraordinarios y que firman con la frase "los de la O!"
Yo vivo acá hace 8 años y me siento parte de su entorno; los habitantes de siempre así me reconocen y saben que me apasiona andar por ahí desentrañando la Historia que contienen sus pasajes. Yo, a veces, me topo con fiestas donde se reunen personas que han morado por décadas y que recuerdan unas cosas sabrosísimas: lo difícil que era andar en triciclo por sus calles empedradas; sobre los profes del colegio que tras jubilarse se apoderaron de las bancas de la plaza; las excursiones a los potreros, viñedos y manzanales que había en los confines de este pueblo, en la frontera con los predios centenarios de las haciendas de los patrones poderosos.
Yo, a veces, siento que transito entre un mar de espectros que sonrientes se resisten a abandonar este lugar; que nos miran como pichangueamos en la recién inaugurada multicancha; que se sientan con los jubilados, que todavía viven, a departir una manos de brisca o dominó; que pasean con sus nietos y bisnietos que crecen; que van a los negocios de las esquinas y regatean entre las verduras que luego se fundirán en la comida reconfortante de la humilde mesa...
Yo soy de la O'. Me arrogo ser su "Cronista" y desde aquí prometo develar sus encantos y contar lo que en Rancagua, Chile y el mundo está pasando, desinteresadamente y sin un dejo de vergüenza.
Si que sí!

jueves, febrero 23, 2006

"Volver al colegio"


Suena a una mala película yanqui de años luz atrás.... Pero a mí, a mí, me suena a música para bailar; a los Bunkers, tal vez, o a los A77aque. Música con mucha energía. Para bailar frenéticamente. Volver al colegio me llena de vida. Si en vacaciones pienso, a veces (al principio... por ahí por el 3 ó 4 de enero), en no volver nunca, ahora, que estamos a menos de una semana, lo único que quiero es ver a mis chicos sonreir y jugar, quiero ver mi sala y ordenar los puestos. Pienso en la escuela y creo que una inyección de vigor y creatividad fluye por mis venas. Sí, necesito hechar a andar el año; como que siento que no ha empezado el 2006 (¿?) y tengo tantos proyectos en mi cabeza para desarrollarlos que, a ratos, mi ansiedad convence a mi razón que estoy perdiendo el tiempo. Quiero oler los útiles nuevos, ese aroma inconfundible a la goma nueva, a los zapatos recién estrenados (cuando era enano continuamente me compraban los "Bata": "increíbles", "transformes" o "galácticos", siempre cambiaban de nombre). Quiero ver los diseños de los cuadernos y los artículos novedosos para este año, esos que por ahora, mi hijo, no pezca porque a él una libreta hecha a manos le gusta mucho más. Sí, quiero volver a sentir el bullicio de los recreos: el griterío y el correr casi desenfrenado de unos que se dirvierten pillándose entre sí, los sonidos de las canciones de moda que revientan los amplificadores y los coros de las chicas que así se creen más grandes; quiero reconfortarme con un té caliente y un pan hecho en la casa con amor, y conversar con mis colegas acerca de la vida y la inmortalidad del cangrejo... Quiero volver a enseñar Historia; entretener a un público inocente y sediento por escuchar hazañas de héroes milenarios; hacerlos pensar sobre los problemas que aún afectan a nuestra sociedad; mostrar la geografía loca de nuestro país; los mecanismos de integración cultural... y hablar y discutir y mirar, sentir, escuchar, oler y, en fin, estar luego en la escuela...
Siempre he pensado que entre los pasillos de una escuela, en una escalera escondida o en un salón oscuro u olvidado, debe estar el portal que conduce a los hombres al mundo de la alegría infinita, al mundo de los sueños perdidos... a ese que sólo los corazones ingenuos pueden conocer... Por eso me vuelvo niño todo el año, en especial cuando nos llega marzo.

jueves, febrero 16, 2006

34



No, no soy poeta.

Tengo 34.

Vivo al 3 y al 4.

Soy como un cronista.

Me gusta escribir. Eso sobre todo.

Tengo 34 y parece que estuviera cumpliendo 15. O 20.

Como que todo se me repite. Las noticias catastróficas. Los problemas de la humanidad.

Todo parece que lo vivo una y otra vez.

Sobrevivo a un guión repasado, 3 ó 4 veces,

en un acto de una obra archiconocida.

Creo que sé en que van a terminar todas las situaciones en las que me involucro.

Adivino. Los resultados del fútbol,

los finales de las teleseries

y los manejos de los políticos.

Con todo, no he perdido la capacidad de asombro.

Aún me emociono cuando las cosas resultan bien.

Y lloro.

Aunque tenga 34 no me da vergüenza decir que lloro a cada rato.

No. Al contrario, me alegra tener sensibilidad.

Así me creo más el cuento que puedo escribir sobre lo que pasa.

Y sobre lo que no sucede también.

Tengo 34.

Me preparo, recostado en mi sillón,

a que la vida siga sucediéndose.

Eso si, expectante.

Puede que por mi pasaje pase un unicornio

o un niño repartiendo dinero y ricos manjares.

Eso si que sería hermoso.

lunes, febrero 06, 2006

Florencia

Cuándo decidimos (o decidió la Carola) llamarle así a nuestra futura hija, se me vino a la mente de inmediato que dicho nombre yo lo repetía muchas veces en clases a propósito de la ciudad renacentista. Fue raro. Fue loco. Estaba haciendo clases y decía a mis alumnos del Cepech "Florencia fue la cuna..." y en mi mente estaba viendo a mi hijita (el Pascal en versión femenina) en la cuna de la pieza rajándose a llantos. Después de mucho tiempo de repetir casi por inercia ese nombre, ahora le daba un sentido total. Y distinto al que alguna vez trataron de inculcarme esos dionosaurios de maestros que tuve en la universidad (casi escucho la voz de Marco Antonio Huesbe...).
Me acuerdo que en dicha clase. En aquel lugar. Hice, como siempre lo hago, un "( )". Les dije a los chicos que me disculparan; que estaba embobado. Que no podía sacarme de la cabeza el nacimiento de la Flo. Que estaba nervioso. Que no podía concentrarme. Les dije que ellos leyeran esa materia del libro y que nosotros mejor viéramos las características de la Reforma Religiosa.

martes, enero 24, 2006

AUTORRETRATO: un plagio a Neruda.


Por mi parte, soy o creo ser
ancho de nariz,
brilloso de ojos,
blanquino de pelos en la cabeza,
voluminoso de abdomen (en retroceso?),
largo de piernas,
plano de suelas,
negro de tez,
cuidadoso de amores,
nulo de cálculos,
suelto de palabras,
inexperto de manos,
lento de vivir,
inmensurable de corazón,
aficionado a las plazas, las playas, las canchas,
administrador de papeles,
caminante de pasajes infinitos,
torpe de demostraciones cariñosas,
chileno y humano,
amigo de todo el mundo,
alejado de enemigos,
entrometido en los libros y otras páginas,
mal educado en la intimidad (ni tanto!),
tímido en corral ajeno,
arrepentido de absolutamente nada,
horrendo patrón de fundo,
ligero de boca y yerbatero de la educación,
discreto entre los animales,
afortunado de familias,
investigador en las bibliotecas,
oscuro en los teoremas,
melancólico del campo y el mar,
incansable en las escaleras y en la pelota,
lentísimo de ser presionado,
ocurrente en plena libertad,
cotidiano durante todo el año,
resplandeciente con mis colecciones,
monumental de apetito y de alegría,
relajado para dormir,
sosegado en las dificultades,
inspector de la noche y de las luces de neón,
trabajador infatigable,
algo anarco, mesurado, soñador por necesidad,
flojo sin pecado,
poeta de vocación,
amable de ayuda,
creativo por padecimiento,
profesor por maldición
y loco de capirote.

lunes, enero 23, 2006

Valparaíso 2


"... Y yo quería ver la puesta de sol, así que gire en dirección al mar y lo que empecé a contemplar fue extraordinario. Algo que jamás pensé que pudiera existir. Un paisaje de cerros y luces que se reflejaban en el mar y que destellaban como si fuese una postal de navidad. Era una visión cautivadora, embrujante, irrisistible; como un mundo mágico. Ni en mis mejores sueños había imaginado algo tan hermoso. Sentí como un enamoramiento...".

Valparaíso.