Los chicos tenían sus estómagos revueltos. Esto era mucho más que un simple partido. Había mucha gente y estaban muy nerviosos. La ansiedad formaba un ambiente tenso. Conocían derrepente la loca adrenalina corriendo a full por sus venas. Allí estaban repartidos por la cancha esperando el pitazo inicial, alentándose mutuamente (como lo hacen los profesionales). Los chicos no resistían otro segundo de espera. Querían terminar pronto la final.
2 comentarios:
La adrenalina mueve montañas!!
Una de las cosas que lamento profundamente es no haber sido bueno para el fútbol; mi vida habría mejorado sustancialmente.
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