Aquí me formé. Aquí es donde decidí convertirme en profesor; claro, con la firme convicción de volver a hacer la que yo románticamente nombraba como "la revolución de las mentes rancagüinas".
Es mi frustración. Si se quiere llamar así.
Hace un par de semanas volví a entrar. Tenía que dar una prueba. Tuve una extraña sensación... por un momento fue como estar en esos días de invierno de finales de los '80, cuando todos comentábamos sobre el Plebiscito del Si y el No y soñábamos que en democracia la vida sería para todos mejor (hasta me dio vueltas por mis oidos un tema del rock latino argentino que cantábamos con mis compañeros: "... La luna llena sobre París / ha transformado en hombre a Denisse. / Rueda por los bares del boulevard...").
Paso casi todos los días por mi viejo Liceo Oscar Castro y siempre repito la misma frase "algún día volveré, así que no se desesperen muchachos".
7 comentarios:
El que persevera vence!
Saludos.
Un abrazo, Cronista.
Y que se afirmen en Liceo Oscar Castro.
Adelante juventud y que muera el Palote.
(¿o ya se murió ?...)
Siempre que paso por acá, tus palabras me esbozan una sonrisa. Quizás algo de tu melancolía me recuerda. Un abrazo,
Polaf.
es que "El día de la Independencia" es tan desprejuiciadamente ridícula que resulta adorable...
Y sip, hay muchas japonesas cantantes, y hay grupos de rock pesado japonés, pero no son muy buenos. Como que lo japonés va por el lado del pop y la cebolla.
Ps: aunque hables de frustración siempre hay cierto tono optimista en lo que escribes...bkn, pues.
..y de paso tarareo la canción contigo.
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