domingo, junio 11, 2006

Capítulo 2: "Tú tira el penal"


Recuerdo que era un mocoso. El más chico de mi equipo. Yo hasta ese momento creía que me invitaban a jugar de "buena onda", casi de lástima. Pero aquella tarde comprendí que era mucho más que el último jugador del equipo.Íbamos empatados a 13. El que hacía el gol ganaba. Ellos -los del pasaje Bulnes- eran más grandes que nosotros; todos tenían más de 12. En cambio nosotros -los del Camilo Henríquez- jugábamos con el Darwin, el Cabezón Chichi y yo que apenas cumplíamos los 10. Ellos estaban picados, porque no nos podían hacer el gol y porque la gente que estaba viendo el partido celebraba las jugadas que hacíamos: taquitos, canaletas, centros y chilenitas que daban en el palo o que atajaba el Gato Félix, su arquero, que ya jugaba con los grandes los domingos cuando partíamos al campo con el Club.Así estábamos hasta cuando el Kiko -el crack del pasaje- se pasó a 3 defensas contrarios y al arquero, y cuando se preparaba para tocar la pelota y gritar el gol, el Koke Osorio lo engancho por atrás y le dio un porrazo que le hizo ñicos las rodillas y la cara (le salió sangre por las narices). Ellos no pudieron reclamar el penal que cobramos, así que esperaron a que sacáramos al Kiko del arco y nos pasaron el balón para que chuteáramos rápido. Fue ahí cuando el Yayo y el Chichi me dijeron que yo tenía que lanzarlo. Me pusieron la pelota en las manos y me dijeron "soy el único que podría hacerle el gol al Félix". "Bueno", dije yo, "total no es la final del mundial", haciendo ver que igual podría errar. Pero no. Nunca había estado tan seguro de algo; limpié la pelota, la besé como lo hacen los profesionales, dí 2 pasos hacia atrás y esperé a que silbaran para patear. Miré al Gato que me apuntaba con su mano derecha a que se lo tirara abajo, a esa esquina. Y cuando escuché el chiflido amagué que le pegaría fuerte allí mismo, y el Gato creyó y voló espectacularmente, pero yo, hice un massé suave y se la tiré por arriba al otro palo. Lo demás fue toda pura algarabía; todos los chiquillos me botaron y se echaron sobre mí, como en esas celebraciones de los equipos que pasan a otra fase del campeonato..., o como la vez en que Club ganó la final de los Barrios, en ese lejano año de 1981..., cuando el Carlota le pegó tan fuerte que hasta el arquero quedó metido en las redes del arco.

6 comentarios:

Matías Rovano dijo...

jaja, ellos (los de arriba) pensaron que yo era tu... na que ver.
http://matiasrovano.blogspot.com

VILLANO dijo...

Que sabroso comentario, pelota y juego, puro sabor y pasión. De chiko era remalo p'a la pelota (p'a futbol no me daba), pero creo que lo que se jugaba no era técnica ni estrategia, si no que gambeta y chanfles, alcance a jugar en el club tucapel (nombre de una calle -ex-quebrada- de un cerro porteño, una vez perdimos 20 a cero contra un equipo de playa ancha, y yo, a esa altura jugando al arco, y con 11 años, entre làgrimas de impotencia y desesperación observaba a nuestro entrenador como iba anotando los goles en mi muy vulnerable portería. Un desastre ,pero desastre heroico al cabo. saludos costeros, Cronista!

Mono con navajas dijo...

ojalá hubieses estado en ese famoso penal del 82. lamentablemente la historia es otra.

Gatomauro dijo...

weeeeenaaa chooopaaaaaa, socio!!...ud era mi ídolo cuando jugaba en Tigres Voladores del Instituto de Historia UCV (ahora la wea se llama PUCV. Le subió el pelo. Puta que era divertío ir a verlo jugar, maestro!...yo decía que iba por acompañarlo, pero la verdad es que me cagaba de la risa viendo los partidos, sobre todo por la concentración que hacían los minutos previos, métale ticodrilos!! jaaa!!. Memorable fue un partido en Barón, en el que un pelao que había dado bote todo el rato hizo un gol por cazuela no más y lo festejó como el propio Maradona contra Inglaterra el 86!...puta la wea graciosa, recuerdo que fue ver la escena y WAAAAAAAAAAAAAAAA!!!...

Unknown dijo...

Camila, muchas gracias.

Unknown dijo...

Villanova, espero que estè muy bien