domingo, mayo 20, 2007

El ciclo de la vida

La idea del ciclo de la vida, no sé por qué, me suena a un título de un libro que jamás leí: "El mito del eterno retorno". También me suena a otro título de otro libro que algún día sí que leeré: "En búsqueda del tiempo perdido". Son huevadas, no más!!!





La cosa es que "revisitado" el cementerio en este último tiempo. Varios cementerios de todos los tipos habidos y por haber; desde los parques jardines hasta esos en que todavía se cubre el ataúd a pura piedra.

A veces me siento sin ganas de seguir y pienso que la muerte sería un lindo final; o tal vez un lindo inicio a otra vida mejor, con todo el miedo y el escepticismo que ello conlleva.

La tumba de mi primo José es bonita; tiene una banquita al lado para descansar, meditar o hacer lo que uno quiera. Cuando estaba en Viña y vivía cerca del cementerio de Recreo Bajo alucinaba con un par de bóvedas que quedaban como en un alto... tenían "vista al mar", decíamos con mis amigos. ¿Y la tumba de Vicente Huidobro allá en Cartagena? Esa sí que tiene vista al mar..."Abrid esta tumba, en el fondo...", ¡¡esa si que es un lugar magnífico para descansar en paz!!

Hay muchas tumbas "mortales" (aunque parerzca loca esta adjetivización). Por ejemplo, siempre voy a recordar la Jim Morrison, esa que muestran al final de la película de Oliver Stone.



Pero basta que me recuerden que tengo una hijita de 2 años para sacudirme de cualquier idea de carácter apocalíptica. Ella, la Flo, me dice "mira papi" en un tono cantadito y lleno de ternura. Y pienso "¡quiero enseñarle cosas y hacer tareas tal como lo hecho hasta ahora con el Pascal!". Con el propio Pascal me quedan hartos partidos pendientes y también unos cuantos viajes de verano. No pienso en verlos grandes ni mucho menos que me den nietos, pero si creo que faltan muchas cosas que hacer juntos, los 4 con la Carola; así que, por mientras descarto en absoluto partir al mundo de los muertos...

Le comenté esto de la muerte a un colega de Machalí hace unos días atrás; teníamos una conversación profunda en la biblioteca, de esas que NO son muy comunes por estos días tan rápidos, confusos y light de nuestra contemporaneidad. Cuando le dije que a veces quería morirme, un chico, de esos alumnos que uno nunca se imagina, que estaba detrás de nosotros leyendo algo, se dio media vuelta y me señaló con voz enérgica "¿Y para qué, Profe? Si usted tiene harto que enseñarnos todavía!... ¡¡Y le queda harto carrete!!


Hoy han caído un par de gotas. Todo el mundo está esperando a que llueva para que se limpie el aire. La misma Flo ha etado bastante enferma. Obstruída y con convulsiones. "Es la vida llena de cototos", como dice mi hermana Jovanna.

Yo espero que el invierno pase con mucha prisa. Ya quiero que sea verano para ir a la playa.