La cosa es que "revisitado" el cementerio en este último tiempo. Varios cementerios de todos los tipos habidos y por haber; desde los parques jardines hasta esos en que todavía se cubre el ataúd a pura piedra.
A veces me siento sin ganas de seguir y pienso que la muerte sería un lindo final; o tal vez un lindo inicio a otra vida mejor, con todo el miedo y el escepticismo que ello conlleva.
La tumba de mi primo José es bonita; tiene una banquita al lado para descansar, meditar o hacer lo que uno quiera. Cuando estaba en Viña y vivía cerca del cementerio de Recreo Bajo alucinaba con un par de bóvedas que quedaban como en un alto... tenían "vista al mar", decíamos con mis amigos. ¿Y la tumba de Vicente Huidobro allá en Cartagena? Esa sí que tiene vista al mar..."Abrid esta tumba, en el fondo...", ¡¡esa si que es un lugar magnífico para descansar en paz!!
Hay muchas tumbas "mortales" (aunque parerzca loca esta adjetivización). Por ejemplo, siempre voy a recordar la Jim Morrison, esa que muestran al final de la película de Oliver Stone.
Pero basta que me recuerden que tengo una hijita de 2 años para sacudirme de cualquier idea de carácter apocalíptica. Ella, la Flo, me dice "mira papi" en un tono cantadito y lleno de ternura. Y pienso "¡quiero enseñarle cosas y hacer tareas tal como lo hecho hasta ahora con el Pascal!". Con el propio Pascal me quedan hartos partidos pendientes y también unos cuantos viajes de verano. No pienso en verlos grandes ni mucho menos que me den nietos, pero si creo que faltan muchas cosas que hacer juntos, los 4 con la Carola; así que, por mientras descarto en absoluto partir al mundo de los muertos...
Le comenté esto de la muerte a un colega de Machalí hace unos días atrás; teníamos una conversación profunda en la biblioteca, de esas que NO son muy comunes por estos días tan rápidos, confusos y light de nuestra contemporaneidad. Cuando le dije que a veces quería morirme, un chico, de esos alumnos que uno nunca se imagina, que estaba detrás de nosotros leyendo algo, se dio media vuelta y me señaló con voz enérgica "¿Y para qué, Profe? Si usted tiene harto que enseñarnos todavía!... ¡¡Y le queda harto carrete!!
Hoy han caído un par de gotas. Todo el mundo está esperando a que llueva para que se limpie el aire. La misma Flo ha etado bastante enferma. Obstruída y con convulsiones. "Es la vida llena de cototos", como dice mi hermana Jovanna.
Yo espero que el invierno pase con mucha prisa. Ya quiero que sea verano para ir a la playa.
8 comentarios:
Que mortal! (notese la ironía) Yo tambien me siento así a veces, de hecho, escribi en mi blog algo parecido pero con menos dignidad. Pucha, me habría encantado encontrarme a ese cabro chico que te dijo lo que te dijo en la biblio. Se agradece, aunque yo no tenga na ke ver en el cuento.
Que habrá en el aire que estamos tan bajoneados?
Qué cosa tiene el aire con mi costillar?
"Todavia queda carrete poh, dijo una de las parkas"
yo, gracias a la película el rey león, con esa frase del "ciclo de al vida" me acuerdo de ese paisaje africano increíble y de rafiki alzando al noble simba cuando era aún un cashorro.
es una secuela imborrable que le debo a disney...
pero sí, es cuático cuando uno siente deseos de ponerle stop a la vida. aunque uno sepa que no lo va a hacer por que tiene mil cosas que valen la pena en este mundo. pensar en la muerte es un poco tabú según yo... siempre que trato de conversarle a alguien al respecto obtengo una mueca como de: oye hazte ver.. yo creo que tenis depresión.
la muerte es algo tan natural como vivir pos... no sé que tanta cosa.
bueno, iba a seguir escribiendo pero, como es super habitual en mí, se me fue la onda.
un gran abrazo, y te digo de nuevo que me gusta mucho como escribes.
ps: jajajaja encarnacioo ooon... ríase no más, que el video lo puse por amor a la talla.
Sí, cierto! A mí tb eso de "el ciclo de la vida" me suena a título de libro o de película noruega. Aunque creo que nunca he visto una película noruega.
Al parecer, todos alguna vez pensamos en querer desaparecer. Hubo un tiempo en que me deprimia mucho y me iba a pasear al cementerio de Playa Ancha y pensaba en eso. Aunque de verdad, nunca quise desaparecer. Es que lo fome de morirse es no cachar que se está muerto. Además, que puede que justo el día después de nuestra muerte pase algo bacan en el Mundo. Yo espero poder vivir, por lo menos, hasta el día en que los autos vuelen ( la gran promesa incumplida del año 2000)
Saludos!!
Como siempre, un agrado leerte. Y sí, es cierto, a todos nos da por pensar en la muerte, pero como dice Manuel, lo fome de morirse es que no cachamos que estamos muertos... bueh...es que con una hija tan adorable (que lindo nombre, al igual que Pascal) cualquier pensamiento de ese tipo pierde toda densidad.
Y contestando tu pregunta, no, nunca me metí al agua en invierno, con intención digo. Pero te podrás imaginar que después de un carrete, muertos de la risa, jugando en la orilla, cualquiera termina mojao hasta el cuello. Que buenos días esos del castillo de historia, ¿no?
Un abrazo Cronista.
...me descubriste, aunque en realidad nunca me escondí. Sólo pensé que tal vez a nadie le interesaría o quizás pudiera molestar...no sé, rollos míos, temores del pasado guiados por ciertos comportamientos que a veces he visto...
Cambiando tema... mmmm... la muerte...desde hace años no me molesta, sólo me interesa entenderla a partir de lo que los hombres creemos sobre ella. Eso es fascinante. Maravillarse por los miedos y pasiones que la muerte ha generado a lo largo de la historia resulta alucinante...tanto que hablar cuando en ese momento final ya no hay más nada que decir.
Me alegra saber que tienes una chicoca que te ilumina con sus preguntas. Por mi parte no hay hijos, pero a pesar de todo la vida me ha enseñado a disfrutar de cada momento y de cada nuevo amanecer...aunque suene cursi lo siento así.
El único dolor que siento, ligado a la muerte, es la ausencia de mi padre... cuanto lo recuerdo y...en los momentos que menos me espero -como ahora mismo- lo recuerdo y se me inundan los ojos por su ausencia mortal... sin embargo, como dirían los griegos antiguos, la única forma de triunfar sobre la muerte es el recuerdo, la fama...y mi viejo dejó su recuerdo en mi. Sigue viviendo a través de esta niña-adulta.
Atrevido tema has planteado. No cualquiera lo dice en voz alta.
Creo que ese alumno que te escuchó te necesita tanto como ni tu mismo puedes dimensionar.
La vida y la muerte, inseparables.
yo prefiero la playa en invierno...
mm, me gustan muchos los cementerios, pero no por la idea de la muerte como un escape, sino por el eterno descanso. El cementerio de Barcelona, camino al aeropuerto es genial, en la ladera del cerro, todos con vista al mar. Es hermoso.
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