


Creo que de lo poco que sé de mi padre, esto de que trabajó en Sewell de camillero, es lo que más me provoca sentimientos encontrados. Alguna vez mi mamá me dijo que era como una ambulancia humana, la única alternativa para los enfermos que necesitaban llegar al hospital de un campamento minero unido por escaleras. Sentí que su pega era vital, reconocida por el resto de la gente.
Me quedé imaginando a mi papá con la camilla en el hombro, como poniéndose para la foto. Estaba pegado, con una pequeña sonrisa en mi cara, hasta que mi mamá me dijo "Te imaginai Pato como sufría para el invierno... si tenía que cruzar por unos caminos estrechos con paredes de nieve de 3 metros, y subir y bajar mil peldaños de todas esas malditas escaleras !!".
(A propósito de que Sewell fue declarado Patrimonio de la Humanidad)