miércoles, junio 21, 2006

Tercer Tiempo

- Ya po, Pipito, toma bien la foto, mira que esta va a salir el lunes en el suplemento de La Tercera.
- Oye, tu Hijo sabe manejar la cámara.
- Espérate Pipe, deja mostrarte mi mejor perfil
- Hijo, sácate unas 10 copias para darle un recuerdo a los capitanes de los equipos que les ganamos.
- Sí!!, Pipe, que salga el asado también, para que les de hambre a los hue'ones.
- Y también sed
-Eh!!!, Salud, compadre!!
- Salud!!!
- 1, 2, 3, atención barra, "Ju-ven-tud - Es-tre-lla del Nor-te".

domingo, junio 11, 2006

Capítulo 2: "Tú tira el penal"


Recuerdo que era un mocoso. El más chico de mi equipo. Yo hasta ese momento creía que me invitaban a jugar de "buena onda", casi de lástima. Pero aquella tarde comprendí que era mucho más que el último jugador del equipo.Íbamos empatados a 13. El que hacía el gol ganaba. Ellos -los del pasaje Bulnes- eran más grandes que nosotros; todos tenían más de 12. En cambio nosotros -los del Camilo Henríquez- jugábamos con el Darwin, el Cabezón Chichi y yo que apenas cumplíamos los 10. Ellos estaban picados, porque no nos podían hacer el gol y porque la gente que estaba viendo el partido celebraba las jugadas que hacíamos: taquitos, canaletas, centros y chilenitas que daban en el palo o que atajaba el Gato Félix, su arquero, que ya jugaba con los grandes los domingos cuando partíamos al campo con el Club.Así estábamos hasta cuando el Kiko -el crack del pasaje- se pasó a 3 defensas contrarios y al arquero, y cuando se preparaba para tocar la pelota y gritar el gol, el Koke Osorio lo engancho por atrás y le dio un porrazo que le hizo ñicos las rodillas y la cara (le salió sangre por las narices). Ellos no pudieron reclamar el penal que cobramos, así que esperaron a que sacáramos al Kiko del arco y nos pasaron el balón para que chuteáramos rápido. Fue ahí cuando el Yayo y el Chichi me dijeron que yo tenía que lanzarlo. Me pusieron la pelota en las manos y me dijeron "soy el único que podría hacerle el gol al Félix". "Bueno", dije yo, "total no es la final del mundial", haciendo ver que igual podría errar. Pero no. Nunca había estado tan seguro de algo; limpié la pelota, la besé como lo hacen los profesionales, dí 2 pasos hacia atrás y esperé a que silbaran para patear. Miré al Gato que me apuntaba con su mano derecha a que se lo tirara abajo, a esa esquina. Y cuando escuché el chiflido amagué que le pegaría fuerte allí mismo, y el Gato creyó y voló espectacularmente, pero yo, hice un massé suave y se la tiré por arriba al otro palo. Lo demás fue toda pura algarabía; todos los chiquillos me botaron y se echaron sobre mí, como en esas celebraciones de los equipos que pasan a otra fase del campeonato..., o como la vez en que Club ganó la final de los Barrios, en ese lejano año de 1981..., cuando el Carlota le pegó tan fuerte que hasta el arquero quedó metido en las redes del arco.

domingo, junio 04, 2006

Episodio 1: "Soñé una cancha"

El verde fresco del pasto. Lo sentí. Yo sabía que estaba durmiendo, pero era tan real...
Antes de ir a acostarme, en la madrugada del sábado, el Chichi me dijo que "iban a Coinco, a la cancha grande que estaba al lado del cerro y el tranque de las aguas claras". El Club jugaba las finales en la Primera, "pero también hay partidos en todas las series". ¡Mortal!, dije yo, porque en verano me gustaba jugar a la pelota en el campo... eran 2 cosas al mismo tiempo: ir al campo -que son mis orígenes (al menos así lo siento)- y jugar fútbol.
Desperté a las 11 y empecé a ordenar el bolso. Al tomar los "chuteadores" volví a sentir la intensidad del sueño: me ví corriendo por el medio de una inmensa cancha de pasto muy verde.