viernes, mayo 26, 2006
San Viernes
Sentí un deseo incontrolable de embarcarme en la noche. Sin destino. Como cuando salía los viernes temprano de la biblioteca de Historia. Quería darme una vuelta. Por eso, tomé el último sorbo de cerveza, me abrigué un poco, ví que el Pascal estuviera tapado y que la Carola y la Flo durmieran bien. Apagué la música y el computador, abrí y cerré la puerta, y me fui. Caminé unos cuantos pasos por la calle Membrillar y llegué al "Gato Feliz", el bar más parecido a cualquiera que conocí en Valparaíso en esos días en que transité por la locura. Le pedí al vecino (al loco que atiende) otra cerveza y me senté a mirar la vida por la mampara que da a la "PK2s"... la noche me gusta y mi vida entera me gusta...
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2 comentarios:
¡Salud!, estimado cronista.
Repaso tu blog; no venía hace mucho. Gracias por el link al mío.
Hey, coincidentemente también me topé hace poco con escritos de mi adolescencia...Pfff; a lo mejor me envalentono un día y les muestro algo.
Bien por los "actores secundarios".
Y muy bien por el poema a tu hijo. Lindo.
me encanta como desborda la felicidad en tus posts.
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