Parezco un niño que comienza a escribir su "composición" acerca de las vacaciones de verano; de esas que nos pedía la "Señorita" en el primer día de clases.
Esto porque quiero ponerme al día y contar todas las cosas que hice y no hice durante estos últimos dos meses de mi existencia mía. Época esta en la que estuve "cuasi ausente". Sí, porque, en realidad, nunca me despegue del todo del computador e igual me metí todo el tiempo en el universo bloguero; aunque pocas veces comenté. No porque no quisiera: "la pereza me venció una y mil veces"!!
Además, ser "padre de tiempo completo" fue (es y será) hermoso, pero , ¡por la cresta!, que es agotador. La Flo dejó de dormir siesta y empezó a hueviarmás de lo que alguna vez pude imaginar: que la papa (picoteándome los ojos con sus diminutos dedos, a eso de las 9 de la mañana), bañarla y vestirla, su juguito de naranja, jugar a las muñecas y a las tacitas, llevarla a hacer pipí y limpiarla, sumistrarle la comida usando la fuerza al tiempo que por afuera, en el pasaje, "el señor de los helados" hacía presión con la campanilla, ver monitos en el Discovery Kids (Lazy Town y Hi 5, la llevan), y sacarla a pasear, hacer otra papa, llevarla una vez más al baño, hacerle cariño, y jugar y bla, bla, bla.
¡¡En verdad, trabajé caleta en estas vacaciones!! Es más, a lo anterior puedo agregar: hacer las camas (sí, aveces...) el aseo (...todos los días...), regar (...el huerto familiar...), ir de compras (....a la feria era a la chicha...), hacer el almuerzo (...con harto color, harta challa...), lavar los platos (...siempre!!...), lavar ropa (...rara vez..., aunque no es gran cosa...), étc, étc., étc.
Cualquiera podría pensar que yo le "estoy poniendo mucho", "que exagero la nota".Pero les puedo asegurar que incluso "me quedo corto". A veces creía que estaba en laépoca colonial y que yo era un negro de servicio, "un criado" de algún aristócrata heredero de las primeras familias espoñalas.
Pero igual hice cosas!!! No todo fue puro sacrificio!!!
Salimos con el Pascal, por ejemplo, varios domingos a jugar fútbol con mi club de La Sur ("Conquistamos mil canchas de nuestros alrededores"). Yo me puse la "11" de la 2ª Serie y me matriculé con varios goles; mi hijo hizo sus primeras armas en la "infantil": ¡¡¡Todo un orgullo!!! Un día, en especial, me emocioné mucho porque lo vi correr y meter la pierna firme, "mojar la camiseta". Más encima, jugaba en compañía de mi sobrino -su primo- el Gonzalo... ¡¡¡Qué cosa más maravillosa!!! ¡¡¡Invaluable!!!
También salimos los 4, con la Carola y la Flo, a Pichilemu: "nuestra tradición de verano". ¡¡¡Esto si que fue mortal!!! Relajadísimo. Comimos como si se fuera a acabar el mundo (la Carola redujo ostensiblemente la oferta de jaibas). Paseamos, flojeamos, capeamos las olas, carreteamos otro poquito, jugamos, anduvimos en bicis familiares, dormimos hasta tarde. Ahora, que recuerdo esos increíbles día, y pienso en todo lo que falta para poder volver a disfrutar de los inconfundibles aires de nuestro balneario, ahora, sí ahora, me gustaría tenderme en la arena y volarme con el vuelo de las gaviotas... ¡no pensar en nada!
Pero no importa, mis pulmones están repletos de la energía que allí respiré y tengo fuerzas suficientes para sobrellevar este año que, para mí, recién comienza, laboralmente hablando. Incluso, ¡¡¡quiero puro embarcarme en nuevos desafíos!!!
Hoy (esto lo escribí el miércoles 5 de marzo) los niños volvieron a clases. Hoy, yo, he vuelto a la blogsfera.