lunes, octubre 30, 2006

La luna plátano

Sobre una luna plátano. Diminuta en el cielo azul y rojo de un atardecer cualquiera. Sobre ella te ví meciéndote con el viento fresco. Ahí tus piernas blancas tocaban el suelo y tus cabellos de miel, tan finos como hilos de seda, se desparramaban cubriendo el horizonte en el límite con el mar.
Así te soñé una noche hace 10 años atrás. Así te empecé a amar. Y construimos una familia hermosa y nos hicimos más grandes (como creyéndonos adultos).

Cómo me gustaría tener una cuerda gigantesca que cruzara la luna plátano. Para que pudiéramos columpiarnos los 4 juntos: tú, mi flaca loca; el Pasqui, con sus guantes de arquero y su balón de fútbol; la Flo, el pequeño terremotito que nos cayó del paraíso; y yo. Y balancernos tan alto y tan fuerte que después pudiéramos arrojarnos con el vuelo y caer en la mejor de las playas. En el verano que siempre hemos querido disfrutar.

domingo, octubre 01, 2006

Rancagua está consternada. Y acostumbrada.

La foto pertenece al accidente de los 3 pendejos rancagüinos que perdieron la vida en la madrugada del jueves recién pasado en la entrada de la Costanera Norte en Santiago .
Este no fue el peor accidente que afecta a chicos de nuestra ciudad. Aquellos que tienen un poco de memoria recordarán que para un fin de semana Santo, hace más de una década atrás, murieron 7 jóvenes en la Carretera El Cobre, en un choque que involucró a motos y autos que venían sin luces en una carrera mortal... a altas horas de la madrugada, después de un intenso carrete.

Terrible mezcla la de autos y carrete.

Quienes vivimos acá sabemos que es inevitable que las tragedias se sucedan. Nuestros lolos continuan una tradición funesta de: "jaranear más que ayer", "chupar hasta que dar botado" o "loquear por loquear", que inauguraron otros pendejos que también todos nosotros lloramos y sentimos en sus emocionantes funerales. Todos los que somos de acá sabemos que en cualquier parte, en los momentos menos esperados, nos encontramos de frente con un accidente protagonizado por chicos que vienen más bebidos de lo indicado.
Recuerdo, que una vez llegaba de Viña, de la U, y al bajar del bus en el paradero de La Sur, me encontré con el Leo, con un parche en su cara; con su ceño fruncido me contó que se había sacado la chucha en el auto de su papá y que por algo que nadie se explica, se habían salvado de morir... Recuerdo que, con la alegría que traía de volver a casa después de un tiempo sin ver a mi familia, le contesté "Y qué querí, pos, hueón, si andai rajado y más encima curado como vosa solo"!!! El Leo me miró y prefirió quedarse callado.

PD.: Releo lo que estoy por publicar y no puedo dejar de acordarme de otro mártil del carrete de nuestra ciudad: Ojalá sigas rockeando en el cielo, o donde sea, Kanito, con tu moto y los amigos que también partieron.